Alexander Giovanni.
La dualidad. La batalla entre el bien y el mal.
Neoyorquino, de orígenes italianos, es un hombre de éxito, un tanto extraño, con innumerables rarezas y manías, algo extravagante y de orientaciones sexuales confusas. Su aspecto es más bien interesante, nunca habla de sus imperfecciones físicas, como su escasa estatura o su cojera, por eso cuida su imagen con gran esmero. Su triunfo entre las mujeres es más que destacable. Alexander posee una mente rápida y brillante. Es un fenómeno de las finanzas. Despierto, optimista, inteligente, activo e inquieto; nunca pasa desapercibido para unos jefes que valoran sus logros.
Dedica mucho tiempo a la empresa para la que trabaja, “Cantor Fitzgerald”, banco de inversiones y corretaje en bolsa, ubicado en pleno centro financiero con sede en una de las Torres Gemelas del “World Trade Center” de Nueva York.
Sylvia Jennsen.
La resiliencia emocional.
Sylvia Jennsen, dieciocho años, hija única, quizás un poco caprichosa y mimada, muy alegre y guapa. Pinta cuadros para la galería de arte que tiene su prima, María McGregor, en la calle Spring, aunque también la ayuda con la gestión del negocio. En la actualidad Alexander y ella mantienen una relación sentimental, de momento es la única mujer que soporta sus intrigas amorosas.
Roberto Ramírez.
La apertura, la libertad de pensamiento. La bondad.
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